Agentes de la GUB persiguen al sospechoso por el Paseo San Juan antes de abatirlo.

Este fin de semana se ha abierto un debate social y mediático en Cataluña respecto a la actuación de un agente de la Guardia Urbana de Barcelona que abrió fuego en el Paseo San Juan contra una persona sin hogar. Según parece, el atacante -de origen húngaro y que llevaba poco tiempo en Barcelona- amenazó a varios transeúntes hasta que llegaron los agentes de la policía municipal. Fue entonces que, tras una pequeña persecución, la persona sin hogar se abalanzó empuñando «un cuchillo de grandes dimensiones» hacia uno de los policías, que repelió la presunta agresión disparando en dos ocasiones el arma reglamentaria.

Organizaciones como Arrels o Irídia han cuestionado la actuación del policía, en cambio, sindicatos de Mossos han justificado el uso del arma de fuego ante un ataque de estas características. Además, según el diario que leyeras se justificaba o no la actuación.

Curiosamente, este debate no tuvo lugar el 21 de agosto de 2017, cuando dos agentes de los Mossos d’Esquadra asestaron, sin contemplaciones, a diez metros de distancia, 24 disparos en Subirats a Younes Abouyaaqoub, el presunto conductor de la furgoneta que atropelló mortalmente a 16 personas en Las Ramblas y acuchilló a otra.

La justificación de la policía catalana en ese momento fue que Abouyaaqoub «llevaba adherido al cuerpo un cinturón de explosivos». En realidad, lo que colgaba de la cintura de Younes eran unas botellas de agua envueltas en papel de aluminio.

Del suceso de Barcelona existe material gráfico obtenido por varios testigos, que ha servido a una parte de la opinión pública para cuestionar o justificar lo ocurrido. En cambio, de lo ocurrido en Subirats no hay ningún vídeo ni fotografía, ni siquiera algún testigo que pueda refrendar o no la versión de la policía.

Seguramente, si esos dos agentes hubiesen sabido inmovilizar de algún modo al atacante, en vez de acribillarlo portados por el miedo (hecho que debería replantearse la formación e instrucción de la policía) hoy dispondríamos de un testigo valioso que quizás ayudaría a resolver los claroscuros que acechan en los sucesos del 17A.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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