El rinoceronte blanco más longevo de Europa, El Pedro, ha muerto este lunes en el Zoo de Barcelona. Se calcula que el animal podría tener entre 53 y 54 años y que también podría ser uno de los ejemplares de esta especie más viejos del mundo. Los responsables de la instalación barcelonesa han explicado que en las últimas semanas el animal se había ido debilitando debido a su avanzada edad y su estado de salud había ido empeorando. Pedro llegó a Barcelona el 2 de diciembre de 2003, proveniente de otra instalación zoológica. En 1972 había sido importado desde Sudáfrica y trasladado al Estado. Sus cuidadores lo han descrito como un ser tranquilo y muy sociable.

Teniendo en cuenta que la esperanza máxima de vida de la especie es de entre 40 y 50 años, Pedro era el rinoceronte más viejo de Europa. Actualmente hay 339 ejemplares en los centros de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA). Además, también se calcula que era uno de los cuatro más longevos de los cerca de 800 que hay en todo el mundo, según los registros existentes.

Dada su edad avanzada, en los últimos años había recibido atención geriátrica especializada para minimizar, entre otras dolencias, los problemas articulares que sufría. Los responsables del Zoo han indicado que esta instalación ha acogido a lo largo de los años diferentes animales con características similares. Las elefantes Susi, Yoyo y Bully, son algunos ejemplos. Todo ello ha convertido el Zoo de Barcelona en un espacio puntero en cuidados geriátricos, una especialización que se ha hecho de la mano del Centro de Educación en Bienestar de Animales de Zoológico de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Embajador de una especie amenazada

Pedro era un rinoceronte blanco meridional, una subespecie clasificada como casi amenazada en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y para la que existe un programa de conservación de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios.

Aunque el rinoceronte blanco meridional hasta hace poco se encontraba en grave peligro de extinción debido a la caza furtiva para obtener cuernos, es la especie que mejor se ha recuperado en los últimos años gracias a la estricta protección que se le ha otorgado. Hasta hace poco, vivía tan solo en Sudáfrica, pero últimamente se le ha reintroducido a otros lugares como Botswana, Namibia, Zambia, Kenya o Zimbabue.

 

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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