El Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido hoy en la ciudad del Vaticano a los 95 años. Pese al empeño por blanquear su biografía, su paso por la tierra quedará marcado por su pasado nazi, su personalidad conservadora y su encubrimiento de la pederastia en la Iglesia.
Efectivamente, a los 14 años, Joseph Ratzinger ingresó en las Juventudes Hitlerianas, tal y como publica CNN, pese a que a toro pasado se esforzó en dejar claro que fue “por obligación” y “en contra” de su voluntad. Asimismo, juró lealtad al Führer y formó parte del ejército nazi, el mismo que gaseó y persiguió a judíos, minorías étnicas y antifascistas sin contemplaciones mesiánicas. En 1944 fue capturado por las tropas yanquis que lo liberaron tras finalizar la guerra.
Tras ser ordenado sacerdote, endureció su discurso manteniéndolo contrario a las revoluciones estudiantiles de 1968. De hecho, fue la defensa conservadora de Ratzinger de las doctrinas estrictas lo que lo definió a los ojos de muchas personas, hasta que se convirtió en papa en 2005.
Encubridor de la pederastia en la Iglesia
Un informe señalaba que el papa emérito estaba al tanto de cuatro casos de curas pederastas en sus tiempos como arzobispo de Múnich (1977-1982) y que éstos, como muchos otros, solo fueron trasladados a otras diócesis sin que él hiciera nada.
El texto documentaba casos que sucedieron entre 1945 y 2019, que consideran un “relato del horror” y de los que responsabilizan a las altas esferas eclesiásticas por no haber actuado en consecuencia o, incluso, haberlos encubierto.
La reacción de Benedicto XVI, levemente condenatoria, acerca de estos supuestos casos ha sido considera por los responsables del informe como “poco creíble” y, además, consideran que no hubo “ningún interés reconocible” por parte del eclesiástico de actuar contra ellos.
Finalmente, Benedicto XVI también señalaba que el matrimonio entre personas del mismo sexo es “una deformación de la conciencia”, al tiempo que lamentaba que esta idea haya “penetrado profundamente en sectores de personas católicas”. Que la tierra le sea leve, o no.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.