Los manteros de Barcelona denuncian el retorno de una persecución «brutal» que nacían desde antes de la pandemia de la covid, que estalló en el año 2020. Así lo explica a la ACN el portavoz del Sindicato de Vendedores Ambulantes, Lamine Sarr, que apunta que este verano la policía se ha vuelto «más violenta» y notan más presión de la Guardia Urbana, que les «persigue» y requisa «muchísimos materiales». El teniente de alcaldía de Prevención y Seguridad, Albert Batlle, señala que esta «presión» sobre la actividad continuará y afirma que los agentes tienen indicaciones «precisas de combatir» la venta ilegal. «En Barcelona no queremos este tipo de negocio», apostilla.

Sarr apunta que antes de la pandemia ya había esa misma persecución, que ahora ha vuelto y lamenta que el gobierno de Jaume Collboni los «criminalice». Pese al cambio de gobierno municipal el 28-M, con el PSC en solitario y Jaume Collboni de alcalde ahora, continúa al frente del ámbito de Seguridad el teniente de alcaldía, Albert Batlle.

Según Batlle, la presión sobre la venta ambulante ha sido continuada desde agosto de 2019, cuando ya les preocupaba mucho el fenómeno. «Estamos en esta situación desde hace cuatro años y los meses de verano se hace más evidente», indica. Larr reconoce que el verano es un periodo difícil porque hay más personas «condenadas» a vender en la calle.

Además, sin embargo, los manteros afirman que este año se les están requisando muchos productos.

Desde principios de verano, y en el marco del llamado Plan arreglado, la Guardia Urbana ha decomisado productos destinados a la venta ambulante y ha asegurado que se continuarán reforzando «contundentemente» los dispositivos para garantizar «la convivencia, el civismo y la seguridad» en la ciudad.

El último fin de semana de julio, por ejemplo, la Guardia Urbana decomisó hasta 11.255 productos provenientes de la venta ambulante, según difundió el cuerpo policial en Twitter. Además, el último fin de semana se decomisaron unos 4.000.

«El Plan arregla supone limitar este tipo de actividades invasivas», apunta Albert Batlle, que promete seguir con la presión sobre la venta ilegal de productos. Ante ello, Lamine Sarr critica que Batlle «tiene la mentalidad de perseguir y limpiar las calles como si no hablara de seres humanos» y lamenta que «el primer objetivo» de Collboni es «perseguir y criminalizar» a las personas migrantes que se ganan la vida con la venta ambulante.

En paralelo, según datos facilitados a la ACN por fuentes municipales, el pasado mes de junio se pusieron 6.367 denuncias por el comercio no autorizado de alimentos, bebidas y otros productos, casi la mitad de todas las denuncias interpuestas de enero a junio de 2023, que se elevan a 12.1856.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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