Gaza ya hace tres semanas que soporta las bombas israelíes en medio de una crisis humanitaria sin precedentes.
La cifra de víctimas de los bombardeos se multiplica. En la última actualización, el Ministerio de Salud de Gaza notifica que ya han fallecido 5.791 palestinos, 704 durante las últimas 24 horas.
Entre estos cinco miles de muertos hay 2.360 niños y según la organización Save the Children habría todavía 870 más desaparecidos, seguramente bajo los escombros de los edificios devastados por los bombardeos y con la imposibilidad de recuperar los cuerpos, también, por los ataques israelíes. En total, según el gobierno de Hamás en la Franja, la cifra de desaparecidos superaría los 1.500, y se podrían acabar sumando a la cifra de víctimas letales.
Este lunes por la noche la agencia de las Naciones Unidas por los refugiados palestinos (UNRWA) confirmó seis muertos más entre su personal, una cifra que eleva a un total de 35 el número de trabajadores de las Naciones Unidas asesinados en Gaza durante las últimas tres semanas de conflicto.
«Violaciones al derecho internacional»
Esta tarde, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha intervenido en el debate en el Consejo de Seguridad sobre el conflicto entre Israel y Palestina, y ha calificado la ayuda recibida en la Franja de Gaza como «una gota en medio del océano» y ha dicho que está «profundamente preocupado por las claras violaciones del derecho internacional humanitario que estamos presenciando en Gaza».
El «sesgo total» impuesto por Israel a la Franja tras la incursión de Hamás el día 7 de octubre ha dejado a la población de Gaza sin el abastecimiento de comida, agua, medicamentos y combustible. Una rueda macabra, ya que algunas panaderías de la Franja han tenido que cerrar por falta de combustible a pesar de tener los ingredientes para hacer pan.
El sábado finalmente se desencalló la entrada de ayuda humanitaria a través del paso de Ráfah con Egipto, y desde entonces han entrado tres convoyes con un total de 54 camiones, una ayuda que es insuficiente para abastecer a una población que ya dependía un 80% de la asistencia de las organizaciones internacionales.
A pesar de la apertura de Ráfah, los camiones cargados de ayuda humanitaria suponen sólo el 4% del abastecimiento que se necesita. Las Naciones Unidas ya advirtieron que la cifra que se necesita es de 100 camiones diarios.
Preocupación por el agua potable
La máxima preocupación de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas es ahora la falta de agua potable para beber, que podría debilitar aún más a la población.
La salud también se añade a los problemas de abastecimiento. La sobrepoblación y las malas condiciones sanitarias hace que la población desplazada empiece a mostrar signos de debilitamiento con mal de pandilla, infecciones respiratorias y erupciones cutáneas, según recoge el testimonio de un médico del hospital Náser de Khan Yunis, Abu Taaema, citado por la agencia Reuters.
Combustible 24 horas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la UNRWA entregaron este lunes 34.000 litros de combustible a hospitales y también al servicio de ambulancias de la Media Luna Roja, pero aseguran que con esta cantidad solo se podrá mantener el abasto durante 24 horas.
Según la OMS, este lunes ya había en Gaza 12 del total de 35 hospitales de Gaza sin funcionar, la mayoría en la ciudad de Gaza y en el norte de la Franja.
En una nota, la OMS alerta de qué miles de pacientes vulnerables corren el riesgo de morir o sufrir complicaciones médicas debido a la falta de energía. Cifran en 1.000 los pacientes que dependen de la diálisis y en 130 los niños prematuros que necesitan una incubadora.
1,4 millones de desplazados
Por ahora la cifra de desplazados en la misma Franja es de 1,4 millones de personas. Israel advirtió a la población del norte de Gaza que serían tratados como terroristas si no abandonaban la zona, y por eso muchos se han desplazado desde hace al menos una semana hasta el sur, en las zonas de Khan Yunis y Ráfah.
A pesar de ello, Israel ha continuado bombardeando, también esta noche, estas zonas, donde supuestamente la población podía encontrar refugio, y ha causado centenares de víctimas. En la Franja ya no hay ningún lugar seguro.
«Coll de botella en Ráfah»
Que la ayuda humanitaria llegue a través de Egipto es una novedad. Hasta ahora, y desde los años cincuenta, las Naciones Unidas han entregado la ayuda humanitaria a los territorios palestinos desde los puntos fronterizos controlados por Israel.
Ahora, sin embargo, Israel ha cerrado completamente los pasos fronterizos con Gaza y hace que aún sea más difícil la llegada de la ayuda humanitaria. En primer lugar, porque se debe poner en marcha una operación desde cero a través de Egipto. En segundo lugar, porque Israel impone duras condiciones en la inspección de los camiones, y en tercer lugar, porque tienen que llegar a través de la península del Sinaí, una zona complicada porque ha habido varios atentados de grupos islamistas vinculados al Estado islámico y está fuertemente militarizada.
Actualmente, los camiones deben desviarse hasta 40 kilómetros a lo largo de la frontera entre Egipto e Israel para ser inspeccionados. Después de eso es cuando finalmente entran en Gaza, lo que retrasa varias horas la entrada y la salida de la ciudad.
Todo ello ha sido calificado por las Naciones Unidas como «cuello de botella» para la llegada de la ayuda.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.