El desembarco de Arabia Saudita en Telefónica ha provocado tanto revuelo que incluso la Casa Real española se ha querido desmarcar, teniendo en cuenta sus vínculos históricos con las monarquías del Golfo.

Esta mañana, y ante las consultas de algunos medios, La Zarzuela ha querido dejar constancia de que el rey Felipe VI desconocía la operación y no recibió ningún aviso previo por parte de la compañía saudita STC.

Fuentes cercanas a la Casa Real aseguran que la operación se ha regido por parámetros meramente económicos y no políticos.

Las buenas relaciones con la monarquía saudita se remontan a la etapa del rey Juan Carlos, salpicado por acusaciones de pagos y comisiones por el AVE a La Meca, que la Fiscalía acabó archivando.

Por ello, el rey Felipe VI busca alejarse de su padre, quien hace unos años habría sido prácticamente imposible que no estuviera al corriente de la operación.

Un vínculo histórico y pesado

El rey emérito, instalado en Abu Dhabi, ha mantenido durante décadas un estrecho vínculo con la monarquía de Arabia Saudita, un país acusado de constante vulneración de los derechos humanos.

En 2018, fue la primera alta personalidad de Occidente que se fotografió públicamente con el príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salman, tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Se le considera el autor intelectual.

En materia económica, además de recibir supuestos pagos opacos, durante años estrechó lazos con empresarios como Mohamed Eyad Kayali, patrocinador de la famosa cacería en Botswana, que a posteriori supuso su renuncia al trono.

Una compra por sorpresa

La adquisición de acciones de la operadora española por parte de STC también sorprendió al gobierno español, que tenía la potestad de autorizar la compra de acciones de la compañía, en el caso de que hubieran llegado a un 10%.

Pero STC ha comprado el 9,9?% de las acciones justamente para evitar este control, aunque Telefónica es una empresa estratégica para la economía estatal.

El grupo saudita anunció este martes la compra de esta participación por un importe total de 2.100 millones de euros.

Aquest 9,9% lo ha convertido en el primer accionista de Telefónica, frente al BBVA, que cuenta con un 4,87%; BlackRock, con el 4,48%, y CaixaBank, que tiene el 3,5%.

El grupo saudita, que es la referencia en su país tanto en telecomunicaciones como en los desarrollos de 5G o inteligencia artificial, ha anunciado en un comunicado que su inversión es «a largo plazo».

Además, de entrada ha mostrado su confianza tanto en la estrategia de Telefónica como en su equipo directivo, dirigido por José María Álvarez-Pallete.

El valor actual en bolsa de Telefónica es de 21.330 millones de euros y STC asegura que «no tiene intención de adquirir control o participación mayoritaria» en el grupo español.

 

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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