Jennifer Hermoso ha presentado una denuncia ante la Fiscalía contra Luis Rubiales por el beso forzado en la final del Mundial de fútbol. Según ha avanzado Eldiario.es, la jugadora formalizó la denuncia este martes y declaró en la sede de la Fiscalía General del Estado.

En un primer momento, La Fiscalía de la Audiencia Nacional abrió diligencias preprocesales el 28 de agosto en relación con este hecho, ya que consideraba que podía ser constitutivo de un delito de agresión sexual. En este mismo decreto, la teniente fiscal, Marta Durántez, anunciaba que se dirigiría a la futbolista para ofrecerle emprender acciones legales.

Durántez lo justificaba tras conocer las declaraciones públicas de Hermoso en las que la futbolista dejaba claro que el beso no fue en ningún caso consentido y que se sintió «víctima de una agresión».

La declaración de Hermoso era un requisito indispensable para que la Fiscalía actuara contra Rubiales a través de una querella, y ya ha anunciado que la presentará «lo antes posible». Lo hará ante la Audiencia Nacional, ya que los hechos que han llevado a la suspensión del presidente de la Real Federación Española de Fútbol por parte de la FIFA ocurrieron fuera del estado español.  La denuncia de Hermoso abre, pues, un nuevo escenario y da paso a la vía penal.

Cronología de los hechos

Rubiales está suspendido del cargo provisionalmente, pero no se le pudo inhabilitar porque el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) consideró que el beso no consentido era «infracción grave» y no «muy grave».

Tras los hechos, que ocurrieron el 20 de agosto durante la entrega de las medallas previa a levantar la copa, Hermoso afirmó en un directo en Instagram que el beso no le había gustado. «¿Y yo qué podía hacer? A mí no me ha gustado, el pico», afirmó.

Ante la ola de críticas, Rubiales se defendió alegando que no había para tanto, pero la presión le llevó a emitir lo que quería que fueran unas disculpas. «Seguramente me he equivocado, lo tengo que reconocer. En un momento de máxima efusividad, sin ninguna mala intención, sin ninguna mala fe, pasó lo que pasó, de manera muy espontánea», afirmó.

Criticado desde el primer momento por el gobierno español, la presión sobre Rubiales aumentó y, cuando ya se daba por hecho que dimitiría, compareció para anunciar justo lo contrario. Y no sólo eso, sino que se atrincheró con un discurso reaccionario contra el feminismo. Se declaró víctima de una «cacería» y habló de beso «consentido, mutuo y eufórico». «No hay deseo y no hay posición de dominio», manifestó.

Ese mismo día, Jennifer Hermoso publicó un comunicado desmiente las declaraciones de Rubiales en las que afirmaba que se sintió «vulnerable y víctima de una agresión» y definía el guiño como «un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte».

«No estás sola»

La ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero, ha sido una de las primeras dirigentes políticas que ha apoyado a Hermoso. A través de la red social X, anteriormente conocida como Twitter, Montero ha afirmado: «Jenni Hermoso, no estás sola. Somos millones contigo».

También la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, se ha expresado en la misma red social asegurando que Hermoso «ha dado el paso que exige la ley penal para investigar y juzgar el hecho».

Según Rosell, «ahora es el Estado el que tiene que estar a la altura. Y lo estará». La delegada del gobierno español ha añadido que «tenemos las leyes necesarias y una fiscalía que ha demostrado su compromiso con la igualdad y contra la violencia machista».

 

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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