La película Tener y no tener (To Have and Have Not, 1944), dirigida por el maestro Howard Hawks, es una de esas obras que trascienden su tiempo y contexto para convertirse en un clásico imperecedero del cine. Aunque a menudo se la recuerda por ser el primer encuentro en pantalla de Humphrey Bogart y Lauren Bacall, cuya química electrizante dio lugar a una de las historias de amor más icónicas del Hollywood clásico, la película es mucho más que un romance. Basada libremente en la novela homónima de Ernest Hemingway, Tener y no tener es un fascinante crisol de géneros —drama, romance, aventura y noir— que refleja la maestría de Hawks para equilibrar tonos, personajes y narrativas en un contexto de tensión política y moral. A lo largo de esta crítica, exploraremos cómo Tener y no tener se destaca como un ejemplo paradigmático del estilo de Hawks, un estudio de personajes complejos y un testimonio del poder del cine para capturar la ambigüedad de la condición humana, todo ello envuelto en una atmósfera de intriga y seducción.

Contexto y génesis de la película

Para entender Tener y no tener, es crucial situarla en su contexto histórico y cinematográfico. Estrenada en 1944, en plena Segunda Guerra Mundial, la película refleja las tensiones de una época marcada por el conflicto global y la propaganda aliada. Aunque la novela de Hemingway, publicada en 1937, se centraba en un contrabandista en apuros económicos en el Caribe, Hawks y sus guionistas, Jules Furthman y William Faulkner, transformaron la historia en un relato con claras resonancias antifascistas, ambientado en la Martinica bajo el régimen de Vichy. Esta decisión no solo dotó a la película de una relevancia política inmediata, sino que también la alineó con otras producciones de la época, como Casablanca (1942), con la que comparte similitudes temáticas y tonales.

El origen de Tener y no tener también está envuelto en una anécdota famosa: una apuesta entre Hawks y Hemingway. Hawks, convencido de que podía adaptar incluso la obra «menos cinematográfica» de Hemingway, eligió Tener y no tener, considerada por muchos como una de las novelas menores del autor. Sin embargo, Hawks descartó gran parte del material original, manteniendo solo la esencia de su protagonista, Harry Morgan, y trasladando la acción a un escenario más dinámico y cinematográfico. El resultado es una película que, aunque inspirada en Hemingway, lleva la marca indeleble del estilo de Hawks: diálogos rápidos, personajes moralmente ambiguos y una narrativa que privilegia la interacción humana sobre la trama estrictamente lineal.

Sinopsis y estructura narrativa

La película sigue a Harry Morgan (Humphrey Bogart), un capitán de barco de alquiler en la Martinica, un hombre endurecido por la vida que se mantiene al margen de los conflictos políticos. Harry vive según un código de independencia y pragmatismo, alquilando su barco a turistas ricos y evitando involucrarse en los problemas de la isla, controlada por el régimen colaboracionista de Vichy. Su vida da un giro cuando conoce a Marie «Slim» Browning (Lauren Bacall), una joven misteriosa y seductora que llega a la isla sin un centavo, pero con un talento innato para el coqueteo y la supervivencia. La química entre ambos es inmediata, y sus intercambios verbales, cargados de insinuaciones y dobles sentidos, se convierten en el corazón emocional de la película.

Paralelamente, Harry se ve arrastrado a la resistencia contra el régimen de Vichy cuando un cliente le propone transportar a un líder de la Francia Libre. Aunque inicialmente reacio, las circunstancias —y su creciente conexión con Slim— lo empujan a tomar partido en un conflicto que desafía su filosofía de no compromiso. La trama se desarrolla con un ritmo pausado pero hipnótico, alternando momentos de tensión política con escenas de intimidad entre los personajes, todo ello subrayado por la presencia de secundarios memorables como Eddie (Walter Brennan), el leal pero alcohólico compañero de Harry, y Cricket (Hoagy Carmichael), el pianista que aporta una banda sonora diegética inolvidable.

El estilo de Hawks: economía y humanidad

Howard Hawks es conocido por su enfoque minimalista y funcional, y Tener y no tener es un ejemplo perfecto de su capacidad para contar una historia con economía narrativa sin sacrificar profundidad. La película se mueve con una precisión casi quirúrgica, utilizando cada escena para avanzar la trama o desarrollar a los personajes. Hawks no se detiene en exposiciones innecesarias; en cambio, confía en la inteligencia del espectador para llenar los huecos. Los diálogos, escritos por Furthman y Faulkner, son un modelo de ingenio y subtexto, especialmente en las interacciones entre Harry y Slim. Frases como «You know how to whistle, don’t you, Steve?» pronunciada por Bacall con una mezcla de inocencia y provocación, se han convertido en parte del léxico cultural del cine.

El estilo visual de Hawks es igualmente sobrio pero efectivo. Rodada en blanco y negro por el director de fotografía Sidney Hickox, la película utiliza la iluminación y el encuadre para reforzar la atmósfera de intriga y ambigüedad moral. Las escenas en el bar de Martinica, con sus sombras y humo, evocan el cine noir, mientras que los exteriores en el barco de Harry aportan un aire de aventura marítima. Hawks equilibra estos elementos con una dirección de actores que permite a cada intérprete brillar, desde el carisma contenido de Bogart hasta la presencia magnética de Bacall, que debutó en esta película a los 19 años.

Química en pantalla: Bogart y Bacall

No se puede hablar de Tener y no tener sin detenerse en la relación entre Humphrey Bogart y Lauren Bacall. Su química es el alma de la película, una fuerza casi tangible que trasciende el guion y eleva cada escena en la que aparecen juntos. Hawks, consciente del potencial de Bacall, diseñó el personaje de Slim específicamente para ella, dándole un papel que combinaba vulnerabilidad y fortaleza. Bacall, con su voz grave y su mirada penetrante, no solo sostiene la pantalla frente a un Bogart en la cima de su carrera, sino que a menudo lo eclipsa. Su relación en la vida real, que comenzó durante el rodaje, añade una capa de autenticidad a sus interacciones, haciendo que cada mirada y cada roce parezcan cargados de significado.

El paralelismo con Casablanca es inevitable, ya que ambas películas presentan a Bogart como un héroe reacio que debe elegir entre el interés personal y una causa mayor, acompañado por una femme fatale que desafía sus defensas emocionales. Sin embargo, mientras que Casablanca se inclina hacia el melodrama y el sacrificio, Tener y no tener es más terrenal, más centrada en la conexión humana que en grandes gestos heroicos. La relación entre Harry y Slim no se basa en ideales elevados, sino en una complicidad tácita, un entendimiento mutuo que se construye a través de pequeños gestos y diálogos cargados de humor.

Temas y resonancias

Tener y no tener aborda temas universales como la lealtad, la moralidad y la resistencia frente a la opresión, pero lo hace con una sutileza que evita el didactismo. Harry Morgan es un arquetipo del héroe hawksiano: un hombre independiente, guiado por un código personal, que actúa con pragmatismo pero no está exento de humanidad. Su evolución de la indiferencia al compromiso refleja el dilema de muchos individuos durante la Segunda Guerra Mundial, atrapados entre la supervivencia personal y la responsabilidad colectiva.

El personaje de Slim, por su parte, desafía los estereotipos de la femme fatale. Aunque inicialmente parece una figura cínica y oportunista, su lealtad hacia Harry y su disposición a arriesgarse por él revelan una profundidad emocional que la hace más que un simple interés romántico. Hawks, conocido por su admiración por las mujeres fuertes, dota a Slim de una agencia que la distingue de otras heroínas de la época.

La película también explora la camaradería y la comunidad a través de personajes secundarios como Eddie y Cricket. Las escenas en el bar, con su música y sus interacciones espontáneas, crean un sentido de lugar y pertenencia que contrasta con la tensión política del trasfondo. La banda sonora, con canciones como «Am I Blue?» interpretadas por Hoagy Carmichael, añade una capa de melancolía y autenticidad a la narrativa.

Legado e impacto

Tener y no tener no solo marcó el comienzo de una de las historias de amor más legendarias de Hollywood, sino que también consolidó a Hawks como uno de los directores más versátiles de su generación. La película influyó en el cine noir y en las historias de aventuras románticas, y su mezcla de géneros prefiguró obras posteriores que combinan acción, romance y comentario social. Además, lanzó la carrera de Lauren Bacall, quien se convirtió en un ícono del cine gracias a su interpretación en esta película.

En términos técnicos, Tener y no tener es un ejemplo de cómo el cine de estudio de Hollywood podía producir obras de arte dentro de las limitaciones de la producción en masa. La colaboración entre Hawks, sus guionistas y su equipo técnico demuestra cómo la creatividad puede florecer incluso bajo presión, dando como resultado una película que sigue siendo relevante y cautivadora más de ochenta años después de su estreno.

Tener y no tener es una joya del cine clásico, una película que combina la dirección magistral de Howard Hawks con actuaciones inolvidables y una narrativa que equilibra acción, romance y reflexión moral. Aunque su conexión con la novela de Hemingway es tenue, la película captura el espíritu de sus personajes y lo transforma en una experiencia cinematográfica vibrante. La química entre Bogart y Bacall, los diálogos afilados y la atmósfera envolvente hacen de esta obra un testimonio del poder del cine para contar historias humanas en tiempos de crisis. Para los amantes del cine, Tener y no tener es una invitación a perderse en un mundo de intriga, pasión y humanidad, un mundo donde silbar puede ser el comienzo de algo mucho más grande.

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Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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