En una era marcada por la escalada de conflictos geopolíticos, la Alianza Atlántica (OTAN) inició este lunes 13 de octubre de 2025 su ejercicio anual de disuasión nuclear, conocido como Steadfast Noon. Desde la base aérea de Volkel en los Países Bajos, la OTAN ha desplegado un vasto arsenal de recursos: 71 aeronaves de 14 naciones aliadas, involucrando a más de 2.000 militares en maniobras que se extenderán por dos semanas. Según el comunicado oficial de la OTAN, estas prácticas son «una actividad de entrenamiento rutinaria, planificada desde hace tiempo», diseñada para mantener la preparación operativa y garantizar la transparencia en su política nuclear. La Alianza enfatiza que los ejercicios no están vinculados a eventos mundiales actuales, como la guerra en Ucrania o las tensiones con Rusia, y que no implican el uso de armas nucleares reales. Las operaciones se centran en bases clave: Volkel (Países Bajos), Kleine-Brogel (Bélgica), Lakenheath (Reino Unido) y Skrydstrup (Dinamarca), con énfasis en la coordinación de aviones de combate duales capaces de portar armas nucleares tácticas.
Sin embargo, un análisis profundo de fuentes fiables —incluyendo informes de think tanks independientes, medios internacionales y declaraciones públicas— plantea serias dudas sobre estas afirmaciones. ¿Es realmente Steadfast Noon un evento rutinario desconectado de la realidad geopolítica? ¿Refleja verdadera transparencia, o más bien opacidad estratégica? Y, en última instancia, ¿no contribuye este ejercicio a una escalada nuclear en un momento de máxima fragilidad global? Este reportaje, basado en datos verificables de organizaciones como el Centro de Control de Armas, la Federación de Científicos Americanos (FAS) y reportes de Reuters y Associated Press, examina estas interrogantes con rigor experto, revelando las grietas en el discurso oficial de la OTAN.
¿Desvinculado de Eventos Actuales?
La OTAN insiste en que Steadfast Noon 2025 no responde a «ningún acontecimiento mundial actual». No obstante, el timing del ejercicio coincide con un pico de tensiones nucleares sin precedentes desde la Guerra Fría. Rusia ha intensificado sus amenazas nucleares en el contexto de la invasión a Ucrania, con Vladímir Putin advirtiendo sobre el uso de armas tácticas si se percibe una amenaza existencial. Solo en las últimas semanas, aviones y drones rusos han incursionado repetidamente en el espacio aéreo de la OTAN, incluyendo incidentes en el Báltico y el Mar del Norte —regiones centrales para Steadfast Noon. Analistas del Kyiv Independent destacan que estas maniobras ocurren «en medio de tensiones crecientes con Moscú», sugiriendo que el ejercicio sirve como una demostración de fuerza directa.
Fuentes chinas, como el portal militar oficial de Pekín, van más allá: argumentan que Steadfast Noon refleja «una posibilidad creciente de confrontación directa entre la OTAN y Rusia», exacerbando la inestabilidad en Europa. Esta perspectiva no es aislada; informes de la Associated Press confirman que el ejercicio se anuncia en un momento de «alta tensión nuclear», con Rusia realizando sus propias maniobras nucleares en paralelo, como las de 2022 que coincidieron con Steadfast Noon anterior. Expertos del Russia Matters Project, afiliado a Harvard, advierten que al no posponer el ejercicio, la OTAN podría estar creando una «percepción falsa de que ambas partes están agitando sables nucleares», alimentando un ciclo de escalada.
Además, detalles filtrados en redes sociales y análisis independientes revelan escenarios específicos que apuntan directamente a Rusia. Un experto militar ruso, Alexander Zimovsky, citado en publicaciones en X (anteriormente Twitter), describe un escenario clave de Steadfast Noon 2025: un simulacro de ataque con una bomba nuclear táctica B61-12 desde la base de Lakenheath contra el aeródromo de Chkalovsk en Kaliningrad, enclave ruso altamente fortificado. Este «mensaje claro» a Putin, como lo califica Zimovsky, involucra aviones F-35A stealth, supresión electrónica y coordinación AWACS, todo diseñado para superar defensas rusas como los sistemas S-400. Tales revelaciones, corroboradas por fuentes occidentales como Defense News, indican que el ejercicio no es neutral: es una respuesta calibrada a la agresión rusa en Ucrania, pese a las negaciones oficiales.
La ‘Transparencia’ Nuclear: ¿Realidad o Fachada?
La OTAN presenta Steadfast Noon como un pilar de su «transparencia» en políticas nucleares, argumentando que fortalece la disuasión colectiva sin secretos. Sin embargo, esta afirmación choca con la opacidad inherente al programa de compartición nuclear de la Alianza. Estados Unidos mantiene aproximadamente 100 bombas nucleares B61 en Europa, distribuidas en bases de cinco países: Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos y Turquía. La reciente reactivación de Lakenheath en el Reino Unido para almacenar estas armas —confirmada por la FAS en julio de 2025— marca un regreso a despliegues de la Guerra Fría, motivado por la guerra en Ucrania. La OTAN nunca confirma oficialmente estas ubicaciones, citando «seguridad», lo que socava cualquier reclamo de transparencia.
Críticos, incluyendo el Bulletin of the Atomic Scientists, cuestionan si este arreglo viola el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Los artículos I y II del TNP prohíben la transferencia de armas nucleares a estados no nucleares, pero la OTAN lo justifica como «compartición» en tiempos de paz, con control estadounidense hasta una crisis. Pilotos belgas, neerlandeses, alemanes e italianos se entrenan para desplegar estas bombas, y ahora Suecia —nuevo miembro de la OTAN— participa con sus Gripen, saliendo de su «armario nuclear» histórico. Esta expansión normaliza la proliferación táctica, contradiciendo el espíritu del TNP y exponiendo hipocresía: mientras la OTAN critica a Rusia por desplegar armas en Bielorrusia, ignora sus propias prácticas.
Organizaciones pacifistas como PeaceLink han elevado protestas formales ante parlamentos europeos, argumentando que Steadfast Noon es una «rehearsal general para la Tercera Guerra Mundial». La FAS destaca que las actualizaciones incompletas en Lakenheath generan dudas sobre la seguridad de estas armas, potencialmente incrementando riesgos accidentales.
¿Rutina o Escalada? El Aumento en Escala y Implicaciones
Aunque la OTAN lo describe como «rutinario», Steadfast Noon 2025 es el más grande hasta la fecha: 71 aeronaves (un incremento significativo respecto a ediciones previas) y la inclusión de nuevos aliados como Suecia y Finland. Esto no es mera coincidencia; informes del Atlantic Council recomiendan una estrategia de contención contra Rusia, con énfasis en posturas nucleares en el flanco oriental. El CSIS, un think tank estadounidense, aboga por una presencia militar permanente en Europa para disuadir a Moscú, integrando ejercicios como este en una doctrina más agresiva.
La introducción de la bomba B61-12 —con precisión guiada y rendimientos variables hasta 50 kilotones— transforma la disuasión en algo más ofensivo. Analistas en Taylor & Francis argumentan que las armas nucleares tácticas estadounidenses en Europa sirven principalmente como herramientas de gestión aliada, no de disuasión pura, fomentando dependencia europea de Washington. Esto plantea interrogantes sobre la autonomía europea: un informe de Bruegel destaca la «dependencia excesiva» de Europa en ventas militares estadounidenses, incluyendo componentes nucleares.
En última instancia, Steadfast Noon podría estar normalizando el umbral nuclear. Como señala NATO Watch, al tiempo que critica despliegues rusos en Bielorrusia, la OTAN ignora sus propios movimientos, creando un doble estándar que erosiona la confianza global. En un mundo donde la proliferación se acelera —con Irán y Corea del Norte observando—, estos ejercicios no solo mantienen la preparación, sino que arriesgan una carrera armamentista renovada.
Steadfast Noon 2025, lejos de ser un evento aislado y transparente, parece una pieza en un rompecabezas de confrontación estratégica. Mientras la OTAN defiende su derecho a la disuasión, las evidencias sugieren que responde directamente a amenazas rusas, oculta detalles clave y expande su huella nuclear en violación potencial del TNP. Fuentes como Reuters y la FAS llaman a una reevaluación: ¿es esta la transparencia que el mundo necesita, o un velo que oculta riesgos innecesarios? Para una revista especializada, la lección es clara: la verdadera seguridad radica en el diálogo y el desarme, no en simulacros que bordean la provocación. En 2025, con el reloj del Juicio Final más cerca de la medianoche que nunca, la OTAN debe reconsiderar si su «noon steadfast» no acelera, en realidad, el ocaso nuclear.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.





