Alquilar un piso en Cataluña es más caro que nunca. Según los últimos datos oficiales, durante el segundo trimestre se han pagado unos 830 euros mensuales de media, un 2% más que en el arranque del año.

La escalada es bien visible en la ciudad Barcelona, donde el alquiler repunta hasta los 1.123 euros, un 3% más que el primer trimestre, y un 12% más que en el mismo periodo de 2022. Ahora bien, en determinados puntos del país, los menos poblados, algunos precios dan las primeras señales de aflojar.

Hace un año, en Barcelona los alquileres de una vivienda no llegaban a los 1.000 euros al mes. Pero se empezaron a trepar y justo antes del verano, de media, se pagaban 1.123 euros al mes.

Este segundo trimestre, los precios solo ha bajado en dos distritos, Sant Andreu (876 euros) y Sant Martí (1.064 euros). En cambio, suben claramente a Les Corts, L’Eixample y Sarrià-Sant Gervasi. Hace ahora diez años, en el segundo trimestre de 2013, en plena crisis, el precio medio en Barcelona era de 676 euros.

Alquiler por encima de los 1.000 euros

Alquileres por encima de los 1.000 euros se pueden encontrar en más de una veintena de municipios en toda Cataluña. Y en Sant Vicenç de Montalt, en El Maresme, es el municipio donde el alquiler es más caro: prácticamente 1.600 euros al mes.

En este ranking, se encuentran otros municipios donde los precios de las viviendas acostumbran a ser muy caros, como Matadepera, Sant Cugat del Vallès y Sant Just Desvern. Pero hay otros que han entrado por primera vez: como es el caso de Esplugues de Llobregat o Bellver de Cerdanya, donde el alquiler ha dado un salto de los 700 a los 1.000 euros al mes.

Afloja en veinte comarcas

Con todo, las comarcas del Pirineo han notado como en el segundo trimestre se acaba el alquiler de temporada de invierno y eso ha ayudado a rebajar los precios. Es un fenómeno estacional que se repite cada año.

Ahora bien, entre abril y junio hasta un total de 20 comarcas los precios han bajado, y en La Terra Alta es donde se encuentran alquileres más bajos, en torno a los 310 euros. La incógnita es saber si los precios ya están tocando techo. De momento, siguen disparados en la mayoría de comarcas, las más pobladas, donde no paran de enfilarse a lugares como el área metropolitana de Barcelona o al Tarragonès.

La Generalitat pide aplicar la herramienta para limitar precios

Ante estos datos, la Generalitat ha vuelto a reclamar que el gobierno español permita aplicar el control de rentas en Cataluña. La consejera de Territorio, Ester Capella, cree que es una «necesidad urgente» y apunta que en los últimos diez años el precio ha subido un 62% en Barcelona ciudad y un 43% en el resto de Cataluña.

«No hay ninguna sociedad que pueda resistir estas subidas», apunta Capella, que reclama al ministerio que publique el índice de referencia de precios, la herramienta que prevé la ley de la vivienda para empezar a limitar las subidas en las zonas más tensionadas.

Cae el número de contratos

Otra cifra que llama la atención es la bajada clara en el número de contratos firmados; en el segundo trimestre del año se firmaron 10.328, un 9,5% menos que el mismo periodo del año pasado. Un fenómeno que entidades como el Sindicato de Inquilinos atribuyen al fenómeno de los contratos de temporada, que no deben declararse en el Incasol, de manera que salen de la estadística oficial.

«El hecho de que escapan a las regulaciones de la LAU hace que cada vez más inmobiliarias les ofrezcan de forma fraudulenta a inquilinos que viven de forma permanente», apunta el sindicato en un comunicado.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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