¿Debe haber un tope en la edad para ser congresista o senador? Es lo que se plantea estos días en Estados Unidos, tras los episodios de parálisis del líder republicano del Senado, Mitch McConnell, de 81 años. Ha sido una parálisis silenciosa de 30 segundos. No es la primera vez que las cámaras han captado una pérdida de lucidez de este histórico líder republicano del Senado:

El Congreso de Estados Unidos reanudará las sesiones en los próximos días y el caso de McConnell alimenta un debate que también afecta al propio presidente, Joe Biden, que tiene 80 años. Biden ha quitado importancia: «No es extraño lo que le pasa cuando, como él, has tenido una caída importante. Forma parte de la recuperación. El senador Dean Phillips, sin embargo, ha pedido por redes que se limite la edad o los mandatos:

Otro caso que cita el tuit de Phillips es el de la demócrata Dianne Feinstein, que con 90 años ha protagonizado una polémica por su delicado estado de salud, hasta el punto de necesitar ayuda para votar. La media de edad de los representantes políticos norteamericanos es de las más altas de la historia reciente.

Las ajustadas mayorías en el Congreso tienen un peso en este debate. Cualquier baja podría cambiar los equilibrios y eso hace que tanto republicanos como demócratas se lo piensen dos veces antes de exigir retiradas que quizás el sentido común pide, pero que el poder político considera que no se puede permitir.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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