Miles de personas han salido a la calle en Barcelona esta Diada en una nueva convocatoria de la Asamblea Nacional Catalana (ANC).

La marcha ha comenzado a avanzar a las 17.14 desde cuatro columnas que se han acabado uniendo a la plaza de España cuando faltaban pocos minutos para las siete.

Según la Guardia Urbana, en la manifestación se han reunido 115.000 personas, que serían 35.000 menos que el año pasado. Por el contrario, la ANC ha cifrado los participantes en 800.000, que serían 100.000 más de los que contabilizó en 2022.

Este año la manifestación independentista llegaba marcada por las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez, con la llave de la gobernabilidad en España en las manos del independentismo y con la amnistía como principal tema sobre la mesa.

La presidenta de la ANC, Dolors Feliu, ha tomado la palabra desde el escenario situado en la plaza de España para exigir que el Gobierno y el Parlament hagan efectiva la independencia.

Feliu ha reclamado que los políticos dejen paso si no se ven con corazón. «Independencia o nada, independencia o elecciones», ha pedido, al tiempo que volvía a lanzar el aviso de la posibilidad de que la ANC organice una candidatura cívica para presentarse a las elecciones.

La presidenta de la entidad organizadora de la manifestación también ha criticado cualquier pacto para formar gobierno en España que no vaya encaminado a conseguir la independencia de Cataluña: «Cualquier pacto en Madrid sólo sirve si tiene efectos directos para conseguir la independencia de Cataluña, cualquier negociación debe ser por la independencia.»

El presidente de Òmnium Cultural, Xavier Antich, ha aprovechado la ocasión para reivindicar la cohesión del independentismo y reclamar que se deje atrás el desánimo: «La única cosa que puede hacer miedo al Estado y empujar a los partidos independentistas es la cohesión del independentismo. […] Ningún desánimo, ninguna frustración y ninguna renuncia.»

En representación del Consejo de la República, Lluís Llach también ha hecho un encendido llamamiento a la unidad del independentismo. Llach ha animado a los manifestantes a mantenerse firmes «porque cualquier renuncia es aprovechada por España»: «Se ha querido arraigar el miedo entre la gente que quiere la independencia y la libertad. […] Ya no es admisible que las luchas partidistas para gestionar las gargantas nos hagan perder la viabilidad de nuestro país. Cualquier renuncia es aprovechada por España. No tenemos otra vía que la unidad, tenemos que estar todos.»

En nombre de la Asociación de Municipios por la Independencia, su presidente, Jordi Gaseni, ha puesto énfasis en el papel del municipalismo no sólo para hacer política local, sino para conseguir la independencia. «Vamos con cuidado con los pactos», ha reclamado.

La manifestación ha tenido por lema «Vía fuera». Un grito de alarma de la época medieval con el que se hacía un llamamiento a la población para defender sus libertades ante una amenaza. La camiseta de este año ha sido azul y dorada, una apelación directa a la bandera europea.

Este año, como representantes políticos, han ido el presidente de la Generalitat, consejeros del gobierno, miembros de Esquerra, de Junts y de la CUP.

La manifestación también ha contado con el apoyo de Òmnium Cultural, la Asamblea de Municipios por la Independencia, el Consejo de la República y la Intersindical.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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