El Consejo Constitucional de Francia ha validado el grueso de la polémica reforma de las pensiones impulsada por el gobierno de Emmanuel Macron y que ha provocado meses de duras movilizaciones sindicales y protestas en todo el país. Hoy mismo están convocadas diversas manifestaciones. La reforma, aprobada por decreto por el Ejecutivo, supone alargar la edad de jubilación de los 62 a los 64 años.

Los miembros del Constitucional tumban algunos aspectos secundarios de la reforma, pero no tocan la medida principal que marca la edad legal de jubilación en 64 años. Consideran que las medidas aprobadas por el gobierno de Macron para retrasar la jubilación están en consonancia con la Carta Magna francesa.

Los magistrados también rechazaron la convocatoria de un referendo sobre la cuestión, como habían pedido los partidos de la oposición.

En Francia, todos los ojos estaban puestos este viernes en el Consejo Constitucional, que debía decidir sobre la polémica reforma de las pensiones. El hermetismo sobre hacia dónde se decantaría finalmente el Consejo Constitucional de Francia ha sido total. El edificio que acoge el tribunal en París ha estado totalmente blindado desde el jueves por efectivos policiales, en previsión de que haya incidentes o manifestaciones en la puerta.

Con el aval del Consejo Constitucional, la reforma de las pensiones quedará lista para promulgación antes de 48 horas para entrar en vigor el próximo 1 de septiembre.

En caso de que el Constitucional francés hubiera optado por anular totalmente la reforma, se habría vuelto a la casilla de salida y se habría complicado la difícil situación que vive Macron, con la popularidad en los momentos más bajos desde que llegó en la presidencia.

En marzo, el presidente francés y su primera ministra, Elisabeth Borne , optaron por utilizar un mecanismo constitucional, el tercer punto del artículo 49 de la Constitución, que le faculta para aprobar la reforma sin la validación de la Asamblea.

El debate sobre la reforma de las pensiones ha puesto en cuestión al gobierno de Macron. A finales de marzo, el partido del presidente mostró más que nunca su debilidad en la Asamblea Nacional con dos mociones de censura . Por un margen estrecho de votos, sólo nueve, Macron y Borne salvaron la continuidad del ejecutivo.

Pero las manifestaciones multitudinarias continuaron consiguiendo paralizar algunos sectores económicos.

Con la luz verde del Constitucional, Macron espera que se acaben las protestas sindicales en la calle . Esta misma semana, el presidente francés dijo que el país “debe seguir avanzando, trabajando y haciendo frente a los retos que le esperan”.

Antes de conocer el sentido de la resolución, Macron había convocado a los sindicatos a una reunión en el Elíseo el martes de la próxima semana.

Pero los sindicatos y la oposición ya han advertido de que no darán marcha atrás si Macron promulga la reforma y anuncian nuevas movilizaciones ciudadanas. Ante el Ayuntamiento de París ya hay gente concentrada con pancartas contra la reforma y lemas como “clima de ira” o “las huelgas no terminarán hasta que se retire la reforma.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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