Un español que ha trabajado para Apple durante tres años ha relatado en su perfil de Linkedin lo que vivió durante su etapa en la empresa. «Lo que para muchos sería un sueño, no tardó mucho en convertirse una pesadilla para mí», ha señalado el joven.
Un español que ha trabajado para Apple durante tres años ha relatado en su perfil de Linkedin lo que vivió durante su etapa en la empresa. «Lo que para muchos sería un sueño, no tardó mucho en convertirse una pesadilla para mí», ha señalado el joven.
El joven ha afirmado que trabajó durante más de tres semanas seguidas incluyendo fines de semana y festivos en jornadas de más de 16 horas de media, y que podían alcanzar las 20 horas. Ha relatado que se iba a dormir a las siete de la mañana y se levantaba tres horas después con mensajes de sus directivos «exigiendo que trabajase más duro» porque iban «con retraso».
Hace cerca de 3 años empecé a trabajar como ingeniero en @Apple
Lo que para muchos sería un sueño en poco se convirtió en una pesadilla para mi.
Meses de grave depresión e intentos de suicidio.
He decidido compartir mi experiencia allí y poner nombres: https://t.co/8aWYgFv9Zd
— Álvaro (@alvaromapache) July 18, 2023
El joven ha afirmado que trabajó durante más de tres semanas seguidas incluyendo fines de semana y festivos en jornadas de más de 16 horas de media, y que podían alcanzar las 20 horas. Ha relatado que se iba a dormir a las siete de la mañana y se levantaba tres horas después con mensajes de sus directivos «exigiendo que trabajase más duro» porque iban «con retraso».
Su salud no aguantaba más
Girona ha denunciado que en verano le impidieron tomarse unas vacaciones y tuvo que cubrir él solo el mes de agosto. «Me dijisteis que no iba a poder disfrutar de mis días de vacaciones en lo que quedaba de año porque no daba tiempo y las iba a perder», ha mantenido.
«Este esfuerzo inhumano no sólo nunca me fue reconocido ni retribuido, sino que los abusos y malos tratos en al ámbito laboral fueron cada vez a más, hasta el punto de destrozarme completamente», ha agregado.
El joven ha señalado que tuvo que salir de aquel lugar y decidió «pedir una excedencia voluntaria que finalizó hace dos semanas», dado que su salud y su cuerpo no daban más de sí. Girona sentencia con que por su parte está «mucho más cerca de salir del pozo de mierda y depresión» y «sin miedo a hablar públicamente».
*Con información de Público
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.