El Ayuntamiento de Barcelona ha instado este martes al gobierno municipal a garantizar la continuidad de la sala Milano y proteger la oferta de música en vivo en la capital catalana. La propuesta se ha presentado a la Comisión de Derechos Sociales, Cultura y Deportes, a petición de BComú, y ha recibido los votos favorables de todos los grupos municipales excepto Vox. El documento pide crear una comisión de seguimiento con el equipo programador de la sala Milano, la Asociación de músicos de Jazz y Música Moderna de Cataluña (AMJM) y la Asociación de Salas de Concierto de Cataluña (ASACC) con el fin de buscar opciones que garanticen la continuidad «de un espacio de referencia y estable para el ecosistema del jazz y la música moderna durante los próximos meses».
Una petición que hace extensible a otros casos, pidiendo que se «proteja» aquellos proyectos culturales que pueden «estar en riesgo» y que los busque emplazamientos dentro del programa ‘¡Arriba Persianas!’. Además, pide al Instituto de Cultura de Barcelona que encargue una investigación que actualice el mapa sonoro local de los espacios de música en vivo en la ciudad atendiendo a los activos y las complejidades del tejido: impacto económico, realidades interculturales, tipologías de licencias, o necesidades urbanísticas, entre otros.
Finalmente, también hace una petición a la Generalitat, a quien pide «modificar su catálogo de actividades» con el fin de garantizar que las salas de música en vivo pasen de ser consideradas «actividades recreativas musicales» a «actividades culturales musicales» y disponer así de nuevas formas jurídicas que faciliten su apertura y consolidación.
Buscar medidas para paliar la situación de las salas
En una comparecencia posterior a la aprobación de la propuesta en comisión, el presidente de la Asociación de Salas de Concierto de Cataluña, Lluis Torrents, ha celebrado la noticia, pero ha subrayado que es necesario que «se haga realidad» y que «haya una continuidad». En este sentido ha hablado de una situación complicada para aquellos que se dedican a la cultura y, en este caso concreto, a la música, que a menudo se ven «amenazados» por diversos factores.
«Especulación, gentrificación, falta de normativas urbanísticas o planes de usos que no permiten nuevas salas», ha descrito. También ha puesto sobre la mesa la presión vecinal por las posibles molestias que puedan haber, o los espacios, «la gran mayoría considerados espacios de ocio nocturno».
En la misma línea se ha expresado el presidente la Asociación de músicos de Jazz y Música Moderna de Cataluña, Guillem Arnedo, que ha lamentado que se esté «perdiendo» el tejido y el potencial de estas salas, no solo en Barcelona, sino también en otras ciudades catalanas. «Es un constante cerrar y abrir, no hay continuidad», ha recordado.
«Es una situación dramática que contrasta con que en Barcelona hay cuatro escuelas superiores de música, salen músicos y necesitan tocar, porque las músicas necesitan del directo, del punto de encuentro que proporcionan las salas», ha añadido. Por este motivo, ha opinado que hacen falta «acciones y más diálogo» para resolver un tema «complejo» con todas las instituciones implicadas.
El 28 de septiembre, último día por el Milano
En cuanto al cierre del Milano, el próximo 28 de septiembre tiene previsto hacer el último concierto programado y, si no se encuentra una solución, cerrará puertas al día siguiente. Según sus programadores, continúan buscando «una solución real» para evitar la pérdida de uno de los puntos de caldo de cultivo «más importantes de la ciudad» con respecto a este género musical, después de quince años en activo.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.