La corriente cristiano-católica del independentismo existe y está representada por Cristians per la Independència, una facción con aires supremacistas de la ANC que surgió en 2012 y edita el Evangeli de la Llibertat, un pasquín combativo espirituoso editado a partir de versículos -como “… muy pronto seréis liberados… estad alerta (Lucas, 21)”-, oraciones y artículos religiosos en los que se detalla como un buen cristiano debe actuar “solidaria y comprometidamente” con los líderes encarcelados.
En esta organización confluyen electores de la antigua Convergència, PdCat, JxCat, Demòcrates per Catalunya (la escisión separatista de Unió), Front Nacional de Catalunya (FNC), algunos elementos de ERC y seguidores de la Lliga Espiritual de la Verge de Montserrat (inspirados por Josep Torras i Bages, quien a principios del S. XX sentó las bases del catalanismo católico). Uno de sus libros de cabecera es Ser independentista no es ningún pecado, del padre nonagenario Hilari Raguer. Posee una militancia considerable dentro del independentismo.
Esta facción organiza asiduamente jornadas de reflexión y rezos en la Abadía de Montserrat, presididas por el mismo presidente de la Generalitat, Quim Torra. De hecho, el abad de Montserrat, Josep Maria Soler, es otro de los líderes espirituales que alientan a la formación. Este religioso -que tardó lo suyo en admitir los abusos sexuales a menores en su orden- llegó a decir que el Vaticano reconocería un Estado Catalán, afirmación desmentida, posteriormente, por la Santa Sede.
Otro de sus gurús es el obispo de Girona, Francesc Pardo, quien ha reclamado en sus homilías en más de una ocasión “la liberación de los dirigentes políticos y líderes sociales encarcelados” porque “ser liberado es la experiencia fundamental del amor de Dios”. Forman parte, también, de la organización, personas relevantes para el independentismo como Isabel Turull, hermana de Jordi Turull, quien no ha dudado en presionar al resto de obispos catalanes a través de artículos en la prensa, pidiéndoles “que como cristianos os pronunciéis ante una injusticia”.
Otras figuras considerables para la organización son el poeta David Jou y el teólogo y religioso Antoni Maria Oriol Tataret. Uno de los portavoces de Cristians per la Independència es Josep Torrens, miembro de Església Plural, quien lideró la campaña de 2017 Queremos buenos obispos catalanes, para que la Iglesia nombrara en Catalunya “prelados instruidos en la tradición eclesiástica catalana”.

Como toda camarilla judeocristiana, construyen su doctrina sobre la base de un falso humanismo, que convierte a la feligresía devota en víctimas de no se sabe muy bien qué (véase el caso del místico piadoso Oriol Junqueras y su homilía ante el Tribunal Supremo).
Para ser miembro de pleno derecho de Cristians per la Independència debe abonarse una cuota de cinco euros mensuales, que convierte a su vez al parroquiano en socio de la ANC.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.