Unos quinientos manifestantes se han concentrado nuevamente este miércoles a pocos metros de la sede central del PSOE para protestar contra la amnistía que Pedro Sánchez negocia con el independentismo. La cita, convocada a través de las redes sociales y secundada por Vox, se ha repetido después de las cargas y disturbios registrados los dos últimos días.

Hoy la sede socialista estaba de nuevo encapsulada entre vallas y protegida por una docena de furgones policiales. La protesta de ayer acabó con seis detenidos, destrozos al mobiliario urbano y decenas de policías heridos.

En las últimas horas diversas voces del PP han criticado las muestras de violencia, hecho que ha deshinchado inicialmente la concentración.

A primera hora de la tarde, algunos manifestantes han intentado marcar diferencias con la concentración de ayer e incluso han expulsado algunos manifestantes que iban con la cara cubierta entre gritos de «la violencia no nos representa». Otros han utilizado un megáfono para hacer un discurso improvisado pidiendo calma a los presentes por no dar excusas a la policía para cargar.

Más allá de gritos como ‘España no se vende’, ‘Puigdemont a la prisión’ o ‘Unidad nacional’, también se han sentido vivas a favor de la Policía y la Guardia Civil.

Seis detenidos y 30 agentes heridos

La segunda noche de altercados en torno a la sede del PSOE en Madrid acabó con un balance de seis personas detenidas y 30 agentes de la Policía Nacional resultaron heridos de diversa consideración. Según fuentes del ministerio del Interior, los detenidos se tratan de cinco varones y una mujer de entre 19 y 44 años, y un menor de edad de 17 años. Cerca de 7.000 personas se concentraron en la calle Ferraz para protestar por las negociaciones de los socialistas con el independentismo catalán por la ley de amnistía. La sede del PSOE estaba blindada por la policía, pero sobre las diez de la noche la tensión estalló y hubo lanzamientos de objetos y un intento de romper el cordón policial. Los agentes realizaron cargas, lanzaron balones de goma y gases lacrimógenos.

La manifestación que se llevó a cabo el martes por la noche dispuso de un contundente despliegue policial que pudo evitar que los manifestados fueran más allá de las vallas colocadas por las autoridades para contener la convocatoria hasta las diez de la noche . Sin embargo, en este punto el intento de romper el cordón provocó la reacción de la policía. Los concentrados ante la línea policial, muchos de ellos encapuchados y de perfil ultra, empezaron a lanzar objetos y algunos petardos a los agente y, a continuación, los agentes empezaron a disparar salvas de aviso, y algunos furgones se movieron en círculos por el calle Marqués de Urquijo. La escalada de la tensión provocó algunas carreras y las pocas personas que quedaban en la concentración se fueron.

Tras dos cargas y el lanzamiento de pelotas de goma y gases lacrimógenos los agentes disolvieron al menos parte de la concentración y recuperaron el control. Aunque la situación se restableció en Ferraz, las carreras se dispersaron por todo el barrio, con pequeños grupos de jóvenes moviendo contenedores y lanzando botellas. Hacia las diez y media de la noche, las inmediaciones de la sede del PSOE mostraban un escenario de sirenas policiales y ambulancias atendiendo a heridos. En el suelo se acumulaban botellas rotas, restos de petardos y parte del mobiliario urbano utilizando durante la batalla campal en un ambiente cargado de olor a cerveza.

La primera concentración en la sede del PSOE, que tuvo lugar el lunes, congregó a unos 3.800 manifestantes y acabó con tres detenidos.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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