El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, ha ordenado este lunes un bloqueo total en la franja de Gaza para dejar «sin luz, alimentos, agua y combustible» a la población local. «Estamos luchando contra animales y actuaremos en consecuencia», ha añadido el ministro.
Es un grado más de las represalias sobre los habitantes palestinos, después de que el ejército haya recuperado el «control total» de la zona, según ha anunciado poco antes de la orden ministerial el portavoz del ejército, el general Daniel Hagari.
Hagari ha reconocido, no obstante, que todavía podría haber «terroristas» en la zona y ha explicado que en Kfar Azza, un pueblo israelí cerca de la frontera, soldados y militantes armados estaban intercambiando disparos, aunque los ha calificado de enfrentamientos «aislados».
Las fuerzas armadas de Israel han respondido a la ofensiva sorpresa de Hamas de este sábado con la mayor movilización de reservistas de la historia del país.
En concreto, se ha llamado hasta 300.000 efectivos. Además, a la zona del conflicto se destinan grandes recursos militares y se ha podido ver una aglomeración de tanques.
Human Rights Watch denuncia crímenes de guerra
La represión sobre la población palestina llega 48 horas después del ataque por sorpresa de Hamas.
Human Rights Watch, ONG de defensa de los derechos humanos, ha denunciado que hacer un «castigo colectivo» a la población civil de la Franja de Gaza es un crimen de guerra; y que Hamas también ha cometido al atacar población civil israelí.
En cuanto al gobierno israelí, la organización le acusa de haber «reprimido sistemáticamente a los palestinos durante décadas» y de haber «impuesto un cierre aplastante a la población de Gaza» desde 2007.
Tras la humillación del sábado, los aviones y la artillería militar israelí se han activado a pleno rendimiento y han atacado en las últimas horas más de 500 objetivos, según datos del ejército hebreo.
En cuanto a Hamas, la ONG denuncia que «los ataques aparentemente deliberados contra civiles y la toma de civiles como huestes equivalen a crímenes de guerra» según el derecho internacional humanitario.
En el tercer día de guerra entre Israel y las milicias palestinas de Gaza también se han sentido explosiones por las intercepciones del sistema antimisiles israelí, llamado Cúpula de Hierro.
Todo ello, en una ofensiva y una reacción israelí que ya ha provocado más de 1200 muertos, 700 de israelíes y más de 500 palestinos, la mayoría civiles, y centenares de miles de afectados.
123.000 desplazados internos en Gaza
Desde el estallido de la guerra entre Hamas e Israel, más de 123.000 personas se han visto desplazadas internamente a la franja de Gaza, según han confirmado las Naciones Unidas.
La ONU habla de más de 17.500 familias afectadas y asegura que se trasladan mayoritariamente «por miedo y por preocupación por el estado de sus hogares».
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios ha añadido que entre los afectados hay 73.538 refugiados en 64 escuelas de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo.
Hamas amenaza con ejecuciones públicas
Hamas amenaza con ejecutar «públicamente» a las huestes civiles si Israel continúa los bombardeos indiscriminados sobre la Franja de Gaza sin avisar previamente.
«Cualquier ataque contra casas inocentes en Gaza sin previo aviso y alerta, se enfrentará a la ejecución pública de un huachico», ha afirmado en un comunicado Abu Obeida, portavoz de las Brigadas de Al Qasam, el brazo armado de Hamas. «La ejecución será de osados civiles, no militares, y se transmitirá en línea», ha añadido.
Israel ha bombardeado intensamente toda la zona durante todo el día, incluyendo instalaciones militares de Hamas y la Jihad Islámica, pero también infraestructuras civiles y edificios residenciales.
Los muertos en el enclave superan los 560 y los heridos los 2.900, según datos del Ministerio de Sanidad de Gaza, pero se estima que la cifra subirá en las próximas horas porque hay personas atrapadas bajo los derribos de viviendas destruidas.
Palestinos de la franja han denunciado hoy que Israel ha dejado de emplear el método conocido como «knocks on the roof», por el que lanzan dispositivos no explosivos a los tejados de las casas como preaviso que bombardearán en unos minutos, para que la población pueda salir, a menudo con el tiempo justo.
«El enemigo no entiende el lenguaje de la humanidad y la moral, y nos dirigiremos a él en el lenguaje que conoce. Responsabilizamos la ocupación ante el mundo por esta decisión, y la pelota está en su tejado», ha advertido Obeida.
«A partir de ahí, anunciamos que cada ataque contra nuestro pueblo se responderá con la ejecución de una de nuestras huestes enemigas, y lo retransmitiremos en directo», ha incidido.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.