El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha pedido un relevo en la presidencia del Parlament de Catalunya tras conocer la sentencia condenatoria contra Laura Borràs, por una contratación irregular como presidenta de la Institución de las Letras Catalanas (ILC).  En una conferencia de prensa desde el MNAC, Araonès ha argumentado que «las instituciones no pueden estar vinculadas a una defensa de carácter personal», porque «las instituciones están por encima de las personas», por eso, dice, «espero que todo el mundo tome las decisiones más adecuadas».

Esta mañana se ha conocido la sentencia del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya que condena la presidenta suspendida del Parlament a cuatro años y medio de prisión y trece de inhabilitación, además de una multa de 36.080 euros. Sorprendentemente, el mismo tribunal que le ha condenado pide al gobierno español que le indulte parcialmente para que la pena de prisión sea de dos años, de modo que no tenga que ingresar en prisión, porque no tiene antecedentes penales.

Una hora después de publicarse la sentencia, Borràs ha hecho una declaración institucional ante el edificio del Parlament, donde ha reafirmado su inocencia y ha denunciado que no había tenido un juicio justo del TSJC. «Esta sentencia ni es justa, ni es firme», ha declarado.

Por su parte, Jordi Turull, secretario general de Junts, ha dicho no mostrarse sorprendido por la sentencia porque la considera un «lawfare de manual» (una persecución política). Pero que al no tratarse de una sentencia firme, Turull ha dicho que Borràs sigue siendo la presidenta del Parlament de Catalunya.

La portavoz de ERC, Marta Vilalta, en cambio, ha dicho que con la condena del TSJC «queda probado que hay un delito de corrupción», y pese a que no ha pedido explícitamente que Borràs deje el cargo, ha dicho: «Si fuera de ERC, ya habría dimitido. Es un tema de principios y de convicción contra la corrupción.»

Desde la CUP, Xavier Pellicer, ha solicitado a Laura Borràs que, una vez condenada, dé un «paso al lado» y dimita. De esta forma, ha rescatado la expresión que se popularizó cuando la CUP forzó el adiós de Artur Mas. «Ha sido condenada por unos hechos que nada tienen que ver con el independentismo, con el 1-O, o con ninguna movilización independentista», ha remarcado, y la ha acusado de hacer «un mal servicio al independentismo» para que España pueda relacionarlo con la corrupción.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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